TRABAJO Y ESTRÉS
El estrés en el trabajo es un tipo de estrés propio de las sociedades industrializadas, en las que una presión de carácter creciente en el entorno propio de la actividad laboral puede provocar la saturación del trabajador, generando diversas consecuencias que no sólo afectan a su salud, sino también a la de su entorno más próximo. Esta saturación puede ser física o mental y en ambos casos hablamos de estrés.
Aparece cuando las exigencias del entorno desbordan la capacidad del individuo para hacerlas frente o simplemente mantenerlas bajo control. Se manifiesta a través de ciertos síntomas, algunos de los cuales, los más frecuentes recorren el espectro que va de la irritabilidad a la depresión. Y, por lo general se presentan acompañando un cuadro de agotamiento físico y/o mental.
¿Por qué se produce? En primer lugar, por una excesiva carga de trabajo, también por un elevado nivel de responsabilidad que pone a prueba de manera sostenida la capacidad del individuo y en tercer lugar por unas relaciones sociales insatisfactorias en el puesto de trabajo. Si bien cualquiera de estos tres factores puede originar estrés laboral, en ocasiones una combinación de los mismos puede resultar en situaciones más graves que a larga son más difíciles de tratar.
Las reacciones del trabajador pueden ser fisiológicas, cognitivas, conductuales o emocionales y por lo general van acompañadas de cuadros de angustia y sensación de impotencia o frustración ante la incapacidad del individuo para hacer frente a la situación o situaciones que generan ese estrés. Un ejemplo clásico de estrés laboral sería el síndrome de Burnout o síndrome del trabajador quemado, que suele darse en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención al público. En este tipo de puestos finalmente el trabajador pierde toda motivación y se produce una dinámica mental negativa que le hace percibir cada nueva jornada laboral como interminable.
En realidad, el estrés no es otra cosa que una respuesta fisiológica natural del ser humano, pues actúa como un mecanismo de defensa que prepara nuestro organismo para hacer frente a situaciones nuevas, que presentan un nivel de exigencia superior o que se perciben como una amenaza. El problema se da cuando esta respuesta natural del organismo se activa en exceso, lo que puede dar lugar a problemas de salud en el medio y largo plazo, y determinados entornos, como el laboral, pueden ser propicios para ello.
Según las estadísticas más recientes, México encabeza la lista de países con mayor tasa de estrés laboral, con cerca de un 40% de empleados afectados, mientras que en Europa la tasa media es del 28%. La OMS ya define el estrés laboral como una "epidemia mundial" a la luz de los datos estadísticos, que desvelan que éste particular tipo de estrés está llamado a convertirse en la nueva epidemia del siglo XXI.
